Si América del Sur se convirtió hace años en el edén de la cirugía estética para las mujeres, ahora es Turquía el destino elegido por los españoles para repoblar sus desérticas cabezas. El país otomano se ha convertido en una ciudad de peregrinación para alopécicos que, atraídos por la publicidad de clínicas «low cost», creen que van a la tierra prometida.
El peligro está en las ofertas de 3.000 euros, que incluyen intervención, dos noches de hotel, traslados y traductor. «Ahí es donde está el peligro, porque hay muchas clínicas de primer nivel también en Turquía, pero esas no interesan a los turistas porque tienen precios similares a los nuestros».
Los problemas que se encuentran quienes han pasado por estos centros «exprés», y que llegan de rebote a los médicos españoles, han hecho saltar alarmas, y denuncias. López Bran asegura que en internet son continuas las referencias a la mala praxis en Turquía, que aluden a la masificación, falta de higiene y asepsia, malos resultados del trasplante (en algunos casos daños irreparables en su cabello y cuero cabelludo), problemas pos cirugía y en algunos casos, falta de respuesta y seguimiento en esos casos, sin tener un organismo que atienda sus reclamaciones.
Hacer retoques
«Lo primero de todo, estamos hablando de pacientes, no clientes», como bien dice el cirujano plástico Julio Millán, de la Clínica de trasplantes Millán & Vila-Rovira. «Son personas que padecen una enfermedad, la alopecia androgénica, y precisan de la atención personalizada de un médico o equipo médico, no un trato con comerciales. Necesitan cuidados antes de la intervención en el cuero cabelludo, y un protocolo de actuación post-operatorio durante un año, que no se puede decidir mediante unas fotografías y un e-mail como hacen los turcos, no es profesional, ni serio», advierte este especialista.
«Por ejemplo, cuando hay una caída de cabello excesiva al principio, se debe ir al médico enseguida, y no creo que nadie vuelva a recorrer los 4000 kilómetros que le separan de su clínica turca para que le realicen el tratamiento con plasma o células madre que será necesario», indica. Este cirujano plástico explica que, en ocasiones, hay que hacer retoques o poner más pelo, hay que controlar el posible enquistamiento de los pelos, picores, e incluso «abonar» el cuerpo cabelludo para que el pelo salga con fuerza, «y en nuestros protocolos está contemplado sin coste para el paciente, mientras que quienes se implantan en Turquía tienen que conformarse con el resultado inicial».
Coger un avión a los dos días de operarse también puede ser peligroso, ya que con la presión los tejidos tienden a expandirse y los injertos, aunque en un principio estén bien implantados, pueden caerse. «Por no hablar de infecciones, implantaciones irregulares, y unidades foliculares mal colocadas, que dan lugar a que el cabello crezca desordenado y con un resultado inestético», insiste Millán. «El problema es que muchos centros no cumplen los estándares de calidad, instalaciones y profesionales, y en algunos casos son incluso las enfermeras quienes realizan la intervención», avisa Vañó.
Sin licencia profesional
La ISHRS ha publicado un aviso advirtiendo del creciente número de personal sin licencia que interviene en la restauración del cabello, y animando a los pacientes a asegurarse de que el médico con el que hayan programado la cirugía sea el encargado de realizarla, en lugar de delegarla a un persona sin licencia.
«Es difícil por parte del paciente, comprobar si la clínica dispone de las autorizaciones sanitarias pertinentes y los profesionales están en posesión de los oportunos títulos y la necesaria experiencia, por lo que es más seguro realizarse el tratamiento en nuestro país con profesionales acreditados y en clínicas que dispongan de los medios para atender eventuales complicaciones», señala López Bran. «No olvidemos que la zona donante (de donde se toma el pelo que se va a implantar) es limitada y finita y si se la «estropean» será irrecuperable», insiste.
El doctor Afonso Junior (director de las clínicas Dr Pelo) explica que el equipo médico debe estar formado por el cirujano que haga la extracción del pelo (es el momento más delicado porque no se debe romper el bulbo piloso), un anestesista que sede al paciente con sedación de calidad, otro doctor cualificado que ayude en la extracción de las unidades, diplomadas universitarias en enfermería, encargadas de cortar, contar y preparar las unidades foliculares extraídas para su posterior implantación en otros aspectos. Todo esto cuesta dinero, pero repercute en el buen resultado del implante. Cuando no es así el resultado es malo y tiene riesgos crecientes de mala técnica y peores resultados.
Características principales de las clíncias low cost.
– Ofrecen operaciones en las que no se cumplen los requisitos sanitarios ni profesionales mínimos para realizar una operación capilar.
– En las que no te opera el doctor que la dirige y promueve.
– En las que el paciente la noche antes no sabe quién le va a operar.
– En las que no se trata a los pacientes de una manera profesional y personalizada.
– En las que el personal que va a operar a un paciente no conoce adecuadamente el perfil alopécico del mismo, ni sus características, ni han visto sus fotos, ni se le ha hecho un seguimiento previo, basando en la improvisación todo el trabajo que van a hacer.
– En las que operan hasta a 20 pacientes al día en una carrera sin freno en la que personas sin titulación ni experiencia extraen 4.000 grafts en 2 horas con un micromotor.
– En las que te pueden destrozar la zona donante debido a una ilógica sobreexplotación que puede generar al paciente un mal aún mayor que además no tiene solución.
– En las que lo normal es tener un resultado pobre.
– En las que no se hace seguimiento alguno de los pacientes.
– Clínicas que tienen como consultores a gente inexperta cuyo único fin es el de “cazar” pacientes a toda costa (muchos de ellos en grupos de Whatsapp, Facebook, y otras redes sociales).
– Clínicas que ceban económicamente a sus pacientes para que el día de su operación no vayan solos y lleven acompañantes que harán que su operación sea más barata, pero sin control profesional alguno.
– Clínicas que facilitan publicidad con información falsa, que utilizan fotos engañosas e incluso de pacientes de otros doctores con el único fin de aprovecharse de personas que están desesperadas porque sufren alopecia y que son generalmente jóvenes y con pocos recursos económicos.
Fuentes de la noticia:
https://foro.recuperarelpelo.com/viewtopic.php?f=8&t=68397
http://www.abc.es/sociedad/abci-dermatologos-espanoles-protestan-casos-llegan-rebote-201702252020_noticia.html